"No conozco la clave del éxito, pero se que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo"

Woody Allen

lunes, 29 de marzo de 2010

El asiento está desocupado

Después de un largo tiempo de estar viendo el grandioso espectáculo del festival del día de las madres de los niños del kínder “Las promesas del futuro”, Aarón estaba enfadado y a punto de golpear a la florecitas humanas que bailaban descoordinadas en el escenario volteando a ver a la maestra. No tenía idea de cómo es que pudo llegar a ese lugar, bueno realmente sí lo sabía, pero no le quedaba de otra que obedecer a su madre, a la edad de 16 no tienes muchas opciones y mucho menos dinero para mantenerte, así que había que seguir las reglas, o por lo menos así lo pensaba él.

Llegó el número de los niños bien arreglados, con una rosa en la mano derecha, dispuestos a comenzar a cantar. Aarón decidió retirarse con el pretexto de una necesidad fisiológica, cuando entró una muchacha de silueta delgada, con caderas del tamaño adecuado para considerarse perfectas y un rostro delicado, de facciones finas adornado por unos hermosos rizos dorados. Como era de esperarse el muchacho quedó petrificado en su asiento.
Fue cuando escuchó una dulce voz proveniente de la joven rubia que le dijo:
-¿Este asiento está ocupado? A lo que Aarón respondió que no.

Toda la agonía de presenciar el espectáculo del día de las madres desapareció en ese momento. Él simplemente no podía dejar de verla. Su mente estaba llena de ideas, quería conocerla, por lo tanto tenía que pensar en una estrategia rápida para comenzar una conversación. Se preguntaba si debía empezar con una broma o tal vez hablar del festival.

Estaba dispuesto a comenzar la conversación cuando ella dijo:
-Oye no sabes si ya pasó el número de los enanitos.
Aliviado de que ella había dado inicio, respondió para iniciar un diálogo:
-Pues va como media hora de bailes de enanos.
-Jajaja no, yo me refiero a los enanitos, de esos que les ponen un sombrerote en la cabeza a los niños.
-Sí, sí sé a lo que te refieres. Pues aquí tengo el programa del festival y no, todavía no salen, de hecho son el último número.
-Que bueno, porque si mi hermano le va con el chisme a mi mamá de que no llegué a tiempo para verlo me va a matar.
-Pero que no se supone que es un festival para las mamás.
-Verdad… se pasa, siempre es así tiene que trabajar y me manda a mí a los compromisos con mi hermano, dijo la joven al momento que se sentó de lado y se acercó volteando a ver a Aarón.
Él, que cada vez tomaba más confianza le respondió:
-Pues mira no te pierdes de mucho, yo igual siempre tengo que venir a acompañar con mi mamá y lo peor es que se supone que lo hago por gusto.
-Hay que sangrón eres- dijo la muchacha con una sonrisa en el rostro.
-Claro que no, solamente soy realista. Por cierto soy Aarón.
-Yo Tania- respondió ella.

Todo iba espectacular para Aarón, ya le había sacado unas sonrisas a Tania. Conforme avanzaba la plática se volvía más amena y con más chistes de parte de él. Cuándo por fin comenzó el número del hermano de Tanía, ella dijo:
-Mira, ya va a empezar.
-No me digas eso, yo estoy rezando para que esto acabe y tú me dices que apenas va a iniciar.
-Jajaja que tonto eres, yo digo el número de mi hermano ya va a salir- al momento que ella lo tomó del brazo y se inclinó a él.
-Ah bueno, eso ya cambia las cosas.

Aarón ya estaba emocionado, ya había hecho lo necesario, ahora sólo necesitaba pedirle su celular para después salir juntos a algún lado. Solamente iba a esperar que se acabara la participación de su hermano para pedirle su número.

Después de tres minutos y 54 minutos que contó impacientemente, Aarón Se dispuso a conseguir su objetivo y abrió de nuevo la conversación:
-Pensé que nunca se iba a terminar esto.
-Que payaso eres- dijo Tania riéndose
-Bueno, es la verdad. Oye Tania.
-Mande- le respondió, justo cuando entró una llamada en su celular.
-Espérame tantito- dijo ella
Él asintió con la cabeza. Tania sacó su teléfono de la bolsa y contestó:
-Hola chiquito ¿como estás?... Que bueno… Oye ya voy para allá, estoy aquí en el festival de mi hermano, pero ya se acabó… ok, nos vemos al ratito… te quiero amor.

En cuanto Tania colgó dijo:
-Perdón, era mi novio, pero que pasó, qué me ibas a decir.
Y la ilusión de Aarón se acabo.