"No conozco la clave del éxito, pero se que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo"

Woody Allen

domingo, 23 de mayo de 2010

La mujer perfecta

Historia de un extraño

-En primer lugar te equivocas; no estoy aquí para olvidar a una mujer, todo lo contrario - comenzó a decirme.

Fue ahí cuando decidí interrumpirlo bruscamente.

-Disculpe, no quiero seguir sin antes presentarme: soy Fernando Hita, mucho gusto.

Me miró por un instante fijamente a los ojo y prosiguió con su relato:

-La razón por la que estoy así, es una mujer que me dejó hace algunos días. Los motivos que pudo haber tenido, los ignoro.

Continuó con su historia – era la mujer más guapa que puede existir. Tez blanca, uno setenta aproximadamente de altura, cabello negro quebrado que llegaba a la mitad de su espalda. Delgada, de cintura pequeña y exquisita, sin duda el mayor atributo del cuerpo de una mujer que se diga tener un buen cuerpo. Sus labios eran cautivadores, no muy anchos, sin embargo nada delgados, de un color rojo cereza precioso. El labio inferior era el más carnoso, en contraste con el labio superior que era más definido y delineado.
Sus mejillas, delgadas, de facciones muy finas que le daban un toque altanero a su hermoso rostro y culminaban en sus pómulos bien redondeados.
Su nariz combinaba de una manera excelente con sus pómulos. Es la única nariz que he visto sin ningún defecto. Era imposible encontrar un detalle que estropeara esa magnífica simetría.

Repentinamente volteó hacia la derecha y yo seguí su mirada – por ejemplo – dijo – esa mujer que está sentada allá tiene la nariz fina y lisa, pero la punta es chata y un tanto grotesca, ¡es imposible no verla, lastima la vista! … lástima.
Dejó de observar a la mujer, me volvió a mirar fijamente a los ojos, dio un suspiro y prosiguió:

-“Sus ojos, pequeños pero brillantes. De tonalidad café oscuro, eran como un imán que atraía la atención inmediatamente de cualquier persona, aunque al mismo tiempo eran tan imponentes que intimidaban. Tenía una mirada letal, sin duda alguna era lo que más impactaba de su rostro.
Sus orejas no eran simples percheros estorbosos que escuchan, como los de la mayoría de las mujeres, sino que eran un adorno perfecto a su belleza. Como ya te lo había dicho, era la mujer más bella que he visto.

Yo seguía sin palabras, la presencia del tipo que tenía enfrente simplemente no me dejaba hablar. Lo único que podía hacer era seguir escuchando.

- Lo que menos quiero hacer es olvidarla. Todos estos alcohólicos vienen aquí para embriagarse y lloriquear; preguntándose qué hicieron mal, por qué la mujer que amaban los dejó, preguntándose qué va a ser de su vida de ahora en adelante. Según ellos desquitan su coraje con el alcohol y a su vez el alcohol se desquita destruyendo poco a poco el cuerpo de las personas. ¡Vaya que inteligente decisión: me hirieron, ahora para vengarme, me voy a herir aún más!

Hizo una pequeña pausa, recargó su espalda en la banca sobre la que estaba sentado, miró al frente y dijo – lo que quiero es encontrarla, encontrar a esa maldita que humilló mi ego, que destrozó por momentos mi orgullo, que me hizo cambiar mi personalidad y me convertí en un imbécil; me dejó sin darme una razón, me hizo pasar de la gloria a la decepción, del cariño al odio. Caí en un abismo de amargura y toqué por primera vez la tristeza. Mi mente no dejaba de escuchar murmullos de burla que invadían todo mi pensamiento riéndose a carcajadas de mí por haber cambiado por completo mi ideología. La duda me golpeó fuertemente, de tal manera que aún no puedo levantarme por completo. Me cobijé del rencor para tomar la fuerza que necesitaba. Fallé… por primera vez, me derrotaron y no sé que fue lo que hice mal. Por primera vez confié en una persona y fui traicionado. Por primera vez creí sentir lo que ustedes estúpidamente llaman amor y resulté humillado. Todo esto es lo que me pasa Hita.

Todo ese amor con el que dibujó a la mujer más hermosa y perfecta de este mundo, se convirtió en un inmenso coraje con el que destruyó ese bello dibujo que había creado. Me quedé impactado y le pregunté – ¿amaba mucho a su novia verdad? – a lo que el respondió – No es mi novia, nunca lo fue, era lo que ustedes llaman “mejor amiga”.

3 comentarios:

  1. Que juerteeee xD me gusta, esta parte si que me gustó xD sobre todo el final uuuuuuu buenazo. Felicidades

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  2. Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!... ¡brujo! Calla maldito, ¡dejabú! Sí, eso es un maldito ¡dejabú!

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